Comencé mi carrera como psicóloga organizacional, pero mi vida dio un giro inesperado cuando mi pareja y yo decidimos ser padres. Desafortunadamente, tras años de intento fui diagnosticada con endometriosis, por lo que tuvimos que pasar por tratamientos de fertilidad de alta complejidad, teniendo así que compatibilizar mi trabajo anterior con los intensos y largos ciclos de FIV.

Fue una experiencia desafiante y emocionalmente agotadora, pero también un momento crucial en mi carrera. Descubrí que la psicología clínica era el área en la que quería enfocarme y así poder ayudar a otras personas que estén pasando por este mismo desafío. Es por esto, que decidí especializarme en psicología aplicada a la reproducción asistida y al abordaje clínico del duelo gestacional.

Con mi experiencia personal y mis conocimientos profesionales, me dedico a ayudar a personas que anhelan ser padres y se encuentran bajo un diagnóstico de infertilidad, pasando por tratamientos de reproducción asistida y duelos. Entiendo la complejidad de las emociones y los desafíos que enfrentan mis pacientes en este camino, y trabajo con ellos para desarrollar estrategias y herramientas que les permitan sobrellevar el proceso de una manera más positiva y efectiva.

Mi trabajo está basado en el respeto y la empatía en la relación terapéutica, herramientas que fomentan la confianza, promueven el bienestar personal y crean un ambiente seguro.